TIC TAC

Que presuntuoso cantar tienen hoy las horas,
corren despavoridas para olvidarse de su sombra.
De tan solo presagiar la frialdad que las envuelve
entreverían como nosotros
las demenciales piezas
que envilecen,
que rumian,
que enlazan
la perenne memoria.

Sabrían que se siente palpar una única e insoportable certeza que en un sístole y diástole truena hasta fosilizar su omnipresencia.

Vayan...
Sigan ligero su sempiterno destino.
A nosotros nos acomete ser vértigo del cosmos,
ese lugar maldito en donde el tiempo y su conciencia hicieron camarada.

Sabrian que se siente tener una insoportable y única certeza
mientras todo lo demás es buscar hasta la muerte
aromas que nos pertenezcan entre el estruendo de los trenes.