sábado, 23 de febrero de 2008

TAUTOLOGIA DEL OMBLIGO



En vísperas de lápices vagos y crayones obstinados
que deambulan impacientes buscando de sí mismos un rastro,
una cordillera de silencios me separa
de aquel prodigio innombrable.

A pesar del firmamento, fecundo consuelo de pobres,
lápices vagos y crayones obstinados agrietan de repente
la solemnidad de mis creencias, la pureza de mis rasgos.
Poetizando la miseria, malinterpretando la dicha,
ardiendo en cada recuerdo una insoportable letanía.

Así también van silbando los días, torpes y obtusos
aprisionándome a ellos con la fiebre entre los pelos.
Juraría que el mundo gira abocado a sus reveses,
En los que muestra la mentira su tramposo rostro fehaciente.

Cual sea el rumbo que me atañe,
lápices vagos y crayones obstinados
deambulan desesperados
con el pálpito en su trazo del incógnito recado.

De a ratos sus cansadas huestes me abandonan
y a lo lejos, mientras veo, creo entender
el mar, el tiempo, las efigies de mis sueños…
Me iré vibrando hacia ellos para eclipsarme de pronto.
Donde ellos se hacen cruces, mi existencia en paz concluye.

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