lunes, 2 de junio de 2008

IN ALBIS


Un lánguido paisaje se me revela desde hace un tiempo.
Eriales que ausentan árboles, mares y estrellas.
No faltan en el, sin embargo, panfletos de hombre,
los que dormudos pululan con un dios errante entre sus cejas.
Sus ojos relatan su inconexo y prepotente esquema
¡estridente existencia!
Y vaya si existen, aunque sin pretexto alguno;
caminan junto a ellos como espectros sus pensamientos desterrados,
las autárquicas sinrazones que no merman.

Celebridad y desconcierto;
Coalición rebelde y estúpida que execra todo intento de filosofía.
De sus lenguas marchitas se oyen despedir la peor de las befas,
atentar contra su natural sapiencia.
Cada uno, panfleto de hombre, es tuerca de la maquinaria miseria.

Ruego porque tan solo sean mis melancólicos ancestros,
el abuelo resignado, la tía enclaustrada,
Los que me hacen pronunciar estas palabras sin aliento.
Tan solo eso…
Ruego porque ya no vuelva mi mirada hacia las antiguas estrategias
que se jactan de ser débilmente esperanzadoras
para el frágil espejo en que veo el mundo reflejado.
Ruego sin más porque no sea el mutante comunismo que aflora en la tierra
que contempla que la propiedad común sea hoy la ira, la afrenta.

domingo, 1 de junio de 2008

idealizaciónmásnegacionigualfrustración (A VECES)

Deseo retractarme de mis anteriores afirmaciones. Mejor dicho, no retractarme del todo, quizá tan solo darle espacio al respeto justo que merece la relatividad que nos rige, cuidado que a veces se me olvida. Seguramente, si me lo propongo, podré escribir miles y miles de notas como esta para contradecirme hasta el infinito. Pero no es la intención, en absoluto, todos poseemos el saber de que intentar tener siempre en cuenta la correlatividad del universo, es primeramente una locura, o al menos una acción que nos dirige directamente hacia ella, y segundo, es atentar contra su propia naturaleza que es de por sí adversa y nunca sale estoica de sus propios enredos. No obstante, nada de todo esto es escrito pretendiendo conjurar la verdad absoluta. Esa no es tarea de los mortales.
Tampoco es la intención irme de tema, pero menos aún anular estas aclaraciones.
La inquietud que aflora estas palabras provienen de hace unos instantes, momento en el que me hallaba mirando una película en la cual (comento rápidamente el argumento) un muchacho de apenas 15 años se encuentra sometido a vivir con una familia inmersa en la locura, y en segundo plano, pero de igual relevancia, en la desesperación y el dolor, por poseer (el joven) una madre que
devenida en demente, habiendo perdido las riendas de la razón, y el consuelo, renuncia a sus obligaciones como tal, y lo da en adopción a la familia mencionada, encabezada por un psiquiatra que en un primer momento es el encargado de tratar a la mujer, quien requirió su ayuda para calmar su original angustia.
La esposa del psiquiatra, una mujer rebalsada de resignación le regala al protagonista un libro ligado a su sueño, ser licenciado en cosmetología, y le expresa con delgada voz: “No es malo soñar. Los sueños nos rescatan de los malos momentos”.
No pude evitar replantearme mis aseveraciones sobre el tema. Supongo que abordé el tema desde un punto de vista meramente autorreferencial. Ese momento en el nudo de la película me propició el otro. Tal vez soñar para algunas personas, o en determinados momentos sea el único arma disponible para enriquecer la vida, lo mejor que pueda hacerse por sí mismo (en esas específicas personas, o situaciones). Si aquella mujer en la que la desmedida mesura se convirtió en locura, permaneciera sin sueños, sin remontarse con la imaginación a venideros horizontes prósperos para cultivar su felicidad aún no erigiéndose sobre basamentos reales, probablemente optaría por el suicidio, me arriesgo aquí a darle vuelo a un final alternativo a la película.
Entonces, me debo a reformular mis conclusiones, embrionarias no obstante como las primeras (su sólida morfología me las darán los años):
mientras posea uno un argumento disyuntivo de mayor valor tangible (a soñar) es conveniente explotarlo, llevarlo a cabo. De no poseerlo, porque algunas personas verdaderamente no disponen de frugales opciones, muchas veces tan solo de una, aunque muchos crean fervorosamente que todo se elige, no se corre ningún peligro ya que tal vez no sea el amor lo que una a la persona al sueño, sino el espanto de lo que ocurre fuera de el. Entonces, en ese caso, sí: evoquen tranquilos, será un viaje sumamente placentero.

martes, 6 de mayo de 2008

Idealización + Negación = Frustración.


"Lo hermoso nos cuesta la vida", Silvio Rodríguez

Esa es la fórmula que ningún ser humano con sentido común debería reproducir en su vida. Lo digo por experiencia. Y es la única experiencia que tengo derecho a transmitir para que al que le llegue, no la repita. Por lo demás, ya ni sugiero porque apenas puedo reconocer mi voz.
El primer elemento de la fórmula es, probablemente, la constante en todas las demás existentes que conducen a la frustración. Por esa misma razón es que merece la peculiaridad de "peligrosa", por no usar un "ísima" al final de la palabra, que sería mas adecuado aún. Esta maldita modalidad de algunas personas debería sin duda tomar el octavo lugar dentro de la lista de los pecados capitales, o al menos, disputarlo con otras conductas que, de persistir, abren paso directo a la infelicidad.
La televisión y algunos libros aseguran que una persona sin sueños está inmersa en una vida sustancialmente vacía. Los limites entre lo saludable y lo enfermizo del asunto son muy difusos; de no estar atento, se cae en una trampa, que en el peor de los casos no es reconocida como tal y por ende no se reconoce como problema. Es evidente que esa incitación a fantasear, a imaginar como real cosas que distan de serlo, para así asegurarnos una existencia opulenta de sentido es escuchada y casi dogmatizada: los referentes de una sociedad son la muestra viva de ello. Se deposita en un individuo absoluta confianza y no se le permite equivocarse, o tan sólo expresar algo contrario de lo que se espera, de ser así, se le expropia de sus facultades extraordinarias y se da lugar a una nueva búsqueda de alguien que tenga aquellas privativas cualidades que ese ser perfecto tuvo en un principio. ¿Para que? El desahogo de no sentirse humano, con sus contradicciones, dudas y grietas por unos instantes pareciera valerlo. La engañosa quietud que el ideal trae a nuestras mentes (no al alma, no al espíritu, esos solo son puertos de fuentes genuinas) pareciera valerlo.
La capacidad de una persona de distinguir lo imposible* de lo factible, es el anticuerpo del que se dispone para no caer en la probable frustración que se espera si se comete el error de soñar continuamente, o tratar de idealizarlo todo.
No puedo negarlo, en algunos peliagudos momentos, esos dezlenables oropeles "mirame y no me toques" alivianaron el peso de las limitaciones del presente, y me llenaron de esperanza. Pero esa satisfacción momentánea, la pago en cuotas de confrontaciones diarias con mi contador, la realidad. Lo mas costoso es dejar de lado el hábito de ocuparse del futuro, sin poner un solo dedo en el hoy y el ahora. El presente me tomó de sorpresa enojado por haberlo ignorado tanto tiempo. El futuro que tanto planee nunca lo vi. Fue siempre raptado por las circunstancias, y hoy, desfigurado por mi despertar.
Soñar es gratis; dinero de por medio todavía no hay, pero tener en cuenta determinadas características cardinales de la vida (no olvidar que el negro y el rosa coexisten en un mismo espacio, por ejemplo), solo comprobarán que ese viaje, el soñar, sea siempre placentero.
Es inimaginable al principio, la cantidad de paredes, y hasta muros con los que uno puede golpearse, incluso tirarse, y salir ileso. Si usted es como yo, seguramente va a calcar cada a paso a no seguir, porque no me creyó, tal vez siquiera escuchó, nada de todo lo que acabo de contarle. Sepa entonces que los materiales que use para construir esas mismas paredes, serán las que determinarán cuanto esfuerzo tendrá que poner luego en desmoronarlas. Queda en usted tomar la decisión de usar metal y obcecación, o tal vez, maderas blandas y cautela.

*No es mi intención citar con este adjetivo a aquel caprichoso, travieso pero inocente, y un tanto grosero niño que es el destino, aquel porvenir indescifrable que despliega en nosotros todas las artimañas posibles del azar. Preciso entonces, que el uso que a la palabra "imposible" quiero darle en esta ocasión es mas precisamente al karma: el encadenamiento de hechos que indefectiblemente es desatado gracias o lamentablemente a nuestras acciones.

viernes, 2 de mayo de 2008

jueves, 10 de abril de 2008

notas

"Cualquiera sea el interés que tengamos en conocernos a nosotros mismos, no sé si conocemos mejor todo lo que no forma o constituye parte de nuestro individuo. Provistos por la naturaleza de órganos destinados únicamente a nuestar conservación, no los empleamos más que en percibir las impresiones exteriores; no procuramos más que exteriorizarnos y existir fuera de nosotros. Demasiado ocupados en multiplicar las funciones de nuestros sentidos y aumentar la dilatación exterior de nuestro ser, raramente hacemos uso de ese sentido interior que nos reduce a nuestras verdaderas dimensiones y que separa de nosotros todo lo que no nos toca o afecta de alguna manera. Es sin embargo, de ese sentido de cual debemos servirnos si queremos convencernos, y el único por medio del cual podemos juzgarnos. Más, ¿cómo dar a este sentido su actividad y toda su extensión? ¿Cómo desprender nuestra alma, en la cual reside, de todas las ilusiones de nuestro espíritu? Hemos perdido las costumbres de emplearlas, dejándola sin ejercicio en medio del tumulto de nuestras sensaciones corporales; la hemos consumido por el fuego de nuestras pasiones: el corazón, el espíritu, los sentidos, todo ha trabajado contra ella."
(Historia Nat. de la Natureleza del hombre)

"EL ORIGEN DE LA DESIGUALDAD ENTRE LOS HOMBRES", Jean-Jacques Rousseau

sábado, 5 de abril de 2008


GUSTAVO SALADINO (24 abril 1983 - 12 febrero 2008)

"Tu indómita luz se hizo carne en mi..."

sábado, 23 de febrero de 2008

TAUTOLOGIA DEL OMBLIGO



En vísperas de lápices vagos y crayones obstinados
que deambulan impacientes buscando de sí mismos un rastro,
una cordillera de silencios me separa
de aquel prodigio innombrable.

A pesar del firmamento, fecundo consuelo de pobres,
lápices vagos y crayones obstinados agrietan de repente
la solemnidad de mis creencias, la pureza de mis rasgos.
Poetizando la miseria, malinterpretando la dicha,
ardiendo en cada recuerdo una insoportable letanía.

Así también van silbando los días, torpes y obtusos
aprisionándome a ellos con la fiebre entre los pelos.
Juraría que el mundo gira abocado a sus reveses,
En los que muestra la mentira su tramposo rostro fehaciente.

Cual sea el rumbo que me atañe,
lápices vagos y crayones obstinados
deambulan desesperados
con el pálpito en su trazo del incógnito recado.

De a ratos sus cansadas huestes me abandonan
y a lo lejos, mientras veo, creo entender
el mar, el tiempo, las efigies de mis sueños…
Me iré vibrando hacia ellos para eclipsarme de pronto.
Donde ellos se hacen cruces, mi existencia en paz concluye.